He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto. Shakespeare decía que los viajes terminan con el encuentro de los enamorados. ¡Qué idea más extraordinaria!. Personalmente no he experimentado nada ni remotamente parecido a eso, pero estoy convencida de que Shakespeare sí. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería. Me admira constantemente su abrumador poder de alterar y definir nuestras vidas.
También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego; pues bien, estoy segura de que eso es verdad. Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga; para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo existe otra clase de amor, el mas cruel, aquel que prácticamente mata a sus victimas: se llama amor no correspondido y en ese apartado soy una experta. La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, ¿Pero qué pasa con los demás? ¿Quién cuenta nuestra historia?. La de aquellos que nos enamoramos solos. Somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por si mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada.
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